La Catedral Nueva de Salamanca es la última de las grandes catedrales góticas españolas. Tan la última fue que, tras un parón de las obras cuando llegó el momento de reanudarlas, el cabildo se planteó seguir con el mismo estilo o pasarse a formas renacentistas más modernas. Finalmente se optó por continuar con el gótico para la fábrica y el plateresco y posterior renacimiento para la decoración. Aún así, habida cuenta que se comenzó a principios del siglo XVI y se terminó más de dos siglos después, el cimborrio, la cúpula que lo cubre y la linterna son ya plenamente barrocos.
Por la dirección de las obras pasaron gentes de la categoría de Juan y Rodrigo Gil de Hontañón, Juan de Álava y la familia de los Churriguera en pleno. Se pensó en un principio derribar la vieja catedral románico-gótica para construir la nueva sobre su solar pero, afortunadamente para las generaciones posteriores, al final el replanteo definitivo sólo sacrificó parte de su crucero del evangelio.
No acabaron ahí los avatares del edificio. El terremoto de Lisboa de 1.755, que afectó a toda la península desde Cádiz (con un catastrófico maremoto o tsunami como les gusta decir ahora en japonés a los papanatas de los periodistas) hasta Castilla y León, dejó maltrecha la torre del Campanario que hubo de rehacerse y reforzarse tomando ese aspecto poco airoso (y una mijita torcido) que presenta actualmente. Aún así es un impresionante edificio del que os pueden dar alguna idea las fotografías que os presento hechas en distintas estaciones y horas del día. Como siempre, están a vuestra disposición a través de la sección “Mis Fotos” o en el enlace que adjunto.
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