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20 de septiembre de 2012

DINERO PÚBLICO, PATRIMONIO ARTÍSTICO E IGLESIA



Ya estalló la polémica que se veía venir hace mucho tiempo. La Junta de Andalucía se ha plantado y ha dicho que si a través de ella y con dineros de los ciudadanos se restauran bienes patrimoniales que pertenecen a la Iglesia, los paganos (me refiero a los que pagamos los impuestos, no a los infelices condenados al infierno por no ser católicos), los paganos decía, tenemos derecho al uso y disfrute cultural de dicho patrimonio.

Y se ha liado la bronca porque con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho como dijo claramente Cervantes en boca de su alter ego don Quijote. Todo ha empezado con la recientemente restaurada Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda. Ya nuestro amigo y coautor del blog, José Luis, nos dio cumplida noticia de su reapertura al público tras 28 años de cierre y restauración en su magnífico artículo SantaMaría de Úbeda, reabierta por fin.

Veintiocho años cerrada porque era una ruina que se venía al suelo. Un montón de años restaurándola con un gasto de más de seis millones de euros sacados íntegramente del erario público o bolsa común para entendernos. Y ahora va y la Santa Madre entrega la explotación de las visitas a una empresa privada, a cuatro euracos la entrada, mitad patí y mitad pamí sin que la Junta (los ciudadanos andaluces) vea un duro. Y para evitar ateotes listos que se cuelen a la hora de misa, los ratitos de apertura al culto son escasos y cortitos. ¡Vaya tela! que dicen en mi pueblo.

No para ahí la cosa. Cuarenta y ocho millones (48.000.000) de euros se ha gastado la Junta de Andalucía en restaurar edificios de la Iglesia Católica en los últimos diez años. ¿Se lo digo en pesetas para que impresione más? Unos 8.000 millones de pesetas para que unas veces el ciudadano no pueda visitar la iglesia que le interesa por estar cerrada. (Falta de curas; no hay manera de restaurar las vocaciones ni con dinero público). Otras sí puede pero a pagar, sin distinción de niños, jubilados o soldados sin graduación; otras, aún pagando, el cura no deja hace fotos vayamos a que salgan los espíritus en el sensor digital. Me ha llegado a ocurrir ser expulsado de la iglesia de Macharaviaya junto con otros cincuenta historiadores que estábamos reunidos en un congreso (previo permiso obispal) por el señor cura párroco que tenía que decir misa para dos viejas beatas, tal y como lo conté en un artículo anterior… Creo que todos los amantes del arte tenemos alguna anécdota de esas que contar.

La opinión de todos los comentarios que leo es muy sencilla: si el dinero público paga, los ciudadanos tienen derecho al sensato uso y disfrute del bien patrimonial correspondiente.  ¡Ójalá fuera tan fácil! No, inocentes lectores y despistados gestores de la cosa pública, no. Existe un malhadado documento titulado INTER SANCTAM SEDEM ET HISPANIAM SOLLEMNES CONVENTIONES o, para andar por casa, el Concordato con la Santa Sede, firmado entre el dictador Francisco Franco y el Papa Pío XII, el mismo pontífice que firmó un documento parecido con Adolfo Hitler. Por él, el Vaticano reconoce al régimen surgido de un golpe de estado y una guerra civil como legítimo, y el Estado español, a cambio,  reconoce todos los derechos que la Santa Madre se quiso auto otorgar: el catolicismo como religión única, derecho a manifestaciones públicas de todo tipo (incluso opiniones políticas), la enseñanza en sus manos, las propiedades…. Todo.

Vamos a las propiedades que es lo que nos interesa. Transcribo el Artículo 4 del Concordato (luego lo resumo para el que no sea amigo de leer legajos):

Artículo IV
1. El Estado español reconoce la personalidad jurídica y la plena capacidad de adquirir, poseer y administrar toda clase de bienes a todas las instituciones y asociaciones religiosas, existentes en España a la entrada en vigor del presente Concordato, constituidas según el Derecho Canónico; en particular a las Diócesis con sus instituciones anejas, a las Parroquias, a las Ordenes y Congregaciones religiosas, las Sociedades de vida común y los Institutos seculares de perfección cristiana canónicamente reconocidos, sean de derecho pontificio o de derecho diocesano, a sus provincias y a sus casas.
2. Gozarán de igual reconocimiento las entidades de la misma naturaleza que sean ulteriormente erigidas o aprobadas en España por las Autoridades eclesiásticas competentes, con la sola condición de que el decreto de erección o de aprobación sea comunicado oficialmente por escrito a las Autoridades competentes del Estado.
3. La gestión ordinaria y extraordinaria de los bienes pertenecientes a entidades eclesiásticas o asociaciones religiosas y la vigilancia e inspección de dicha gestión de bienes corresponderán a las Autoridades competentes de la Iglesia.”

Resumo por si no se han molestado en leerlo.
Párrafo uno: la Iglesia tendrá las propiedades que le dé la gana.
Párrafo 2: la Iglesia podrá construir lo que le dé la gana con sólo comunicarlo a las autoridades competentes.
Párrafo 3, que es el que nos interesa: con la gestión de esos bienes la Iglesia podrá hacer lo que le salga de sus santas… intenciones.

¿Está clarito? Y eso es un documento firmado entre dos estados soberanos, que fue vergonzosamente renovado por los gobiernos posteriores a Franco.

Así que queridos lectores, cabreados ciudadanos y prebostes de la Junta de Andalucía: se agradece la buena intención, la sesuda denuncia de la injusticia y el mosqueo al soltar los cuatro o seis euros en la taquilla de la sacristía, pero para empezar este edificio de los derechos de los contribuyentes frente al abuso eclesiástico tenemos que empezar por restaurar los cimientos legales: el Estado Español debe denunciar el Concordato. Mientras no, nosotros a pagar para que nuestro patrimonio artístico no se venga abajo y entre tanto la clerigalla puede hacer y deshacer con sus bienes su santísima voluntad sin tener en cuenta si esos bienes son o no Patrimonio de la Nación o si se mantienen o no con los dineros públicos.

Y vuelvo al Quijote, para terminar: cuán largo me lo fiáis, amigo Sancho. Si no denunciaron el Concordato aparentes comecuras como el tándem Felipe González-Alfonso Guerra, ¿lo van a hacer nuestros actuales gobernantes de mantilla, rosario y procesión? Creo que va a ser que no. Tristemente, no.

Foto: Santa María de los Reales Alcázares, de Úbeda. Tomada por el autor. Mejor verla en tamaño completo pinchando en la imagen.



1 comentario:

José Luis Rodríguez dijo...

Pues sí, amigo mío, mi experiencia es elocuente: recién reabierta, la pude visitar a gusto. En el siguiente viaje, un año después, no me dejaron entrar una hora antes de la misa (salvo pagando). Lógicamente, me colé terminado ésta (recordaba lo de "ite missa est"), soportando el ceño adusto de un guarda malencarado, que miraba con reprobación mi cámara fotográfica.