La
Caixa (que sigue manteniendo una Obra Social y Cultural muy
destacable, sobre todo en medio del desierto que han propiciado las
restantes Cajas de Ahorros, vaciadas, saqueadas y "bankizadas"
a mayor gloria del capitalismo de rapiña) ha montado una exposición
muy recomendable sobre "Los Íberos, Nuestra civilización antes
de Roma", que estuvo un mes en Linares, gracias al compromiso de
su Ayuntamiento, y que no volverá a pisar otras tierras que las
catalanas. Aprovechando un viaje, me desvié cien kilómetros para
verla, y créanme, mereció la pena.
La
exposición, ubicada el la Plaza del Ayuntamiento, presenta los
rasgos fundamentales de una cultura que aglutinó diversos pueblos,
en la mitad SE de la península, desde Cataluña a Andalucía,
mostrando su formación, su arte, su organización política y
social, su vida cotidiana, su medio de vida y sus creencias. Con un
fuerte componente didáctico, está estructurada en diversas áreas:
1.-
Su formación, por fusión de pueblos indígenas del Bronce tardío
(Argar, Bronce levantino, cultura de los campos de urnas, etc, y la
especial relevancia de Tartessos, el próspero reino del valle del
Tertis) con aportes culturales del Mediterráneo Oriental, como los
fenicios (desde el VIII a.C., que aportaron el torno de alfarero, el
alfabeto, el vino y el aceite), los púnicos (a partir del VI a.C.) y
los griegos (desde el VIII a.C., con especial potencia desde la
llegada de los focenses, fundando Emporion, Rhode y otras colonias
costeras)
2.-
El territorio lo presenta según asentamientos de diferente
categoría: el "oppidum" (ciudad fortificada), los poblados
(casi siempre con algún tipo de fortificación), los caseríos
(agrupamientos agrarios, donde se refugiaban en caso de peligro) y
las atalayas, rodeadas de un pequeño cordón amurallado.
3.-
El gobierno, mostrando los distintos tipos: los pequeños reinos,
gobernados por caudillos con un entorno de familias aristocráticas;
los pequeños estados gobernados por régulos y apoyados por
asambleas de notables, y por último, en el NE, estados igualitarios
gobernados por consejos de ancianos.
4.-
El urbanismo se basa en ciudades o poblados asentados en colinas o
altiplanicies, de fácil defensa y amplia visual, con un cerco de
murallas de base de piedra y remate en adobe, a la que se añadían
torres o baluartes, e incluso, desde el IV a.C. bastiones y torres
avanzadas. Como ejemplo se muestran maquetas de tres pueblos, y una
completa reproducción de una vivienda, con varias estancias,
incluyendo el almacén y el taller.
5.-
La economía, basada en la agricultura y la ganadería se representa
con reproducciones de herramientas, vasijas y productos. Se presta
especial atención a las mejoras tecnológicas traídas de oriente:
arado de hierro, injertos, olivo, vid, nuevos cereales, y se
reproduce la despensa íbera: cereales (trigo, cebada, centeno),
aceite, vino, leguminosas (lentejas, judías, habas, garbanzos,
alfalfa) y frutos (higos, manzanas, granadas). En la ganadería hace
hincapié en la importancia productiva de la oveja y la cabra,
quedando los bóvidos para animales de tiro, aunque el animal más
valorado es el caballo, con abundante representación iconográfica y
numismática, símbolo de poder social.
La
artesanía dedica amplio espacio a la cerámica, que se desarrolla
especialmente en Andalucía y Levante gracias a la introducción de
torno de alfarero, en una producción en serie de modelos (kanathos)
y decoraciones (geométricas, vegetales, animales y humanas
estilizadas), gracias a los hornos de cúpula de doble cámara, del
que se reproduce el hallado en el Pajar de Artillo (Andalucía). No
menos importante es la industria textil, de lana y lino, gracias al
telar de bastidor y al empleo de tintes de origen animal (el molux,
un molusco) o vegetal, produciendo prendas como el sagum, una
túnica de lana muy común. No faltan los objetos de esparto (cestos,
esteras, cuerdas, sandalias) propio del SE (Murcia y Andalucía).
La
metalurgia del hierro (armas y herramientas, objetos de valor
añadido) usa la forja y el templado, pues los hornos de trinchera
usados para el bronce no pasaban de 1200º de temperatura, con el que
siguen produciendo los tradicionales exvotos a la cera perdida. Las
joyas de oro y plata se trabajan mediante el repujado, granulado
(páteras) o fundición en pequeños moldes y decoración incisa.
6.-
Un capítulo entero lo dedica al apasionante tema de la escritura,
mostrando los dos alfabetos: el turdetano y el levantino, ambos
semisilábicos, y ambos aún desconocidos, aunque se sabe que el
primero se escribía de derecha a izquierda, y el segundo al revés.
Desde los trabajos de Gómez Moreno (1922) han sido descifrados, pero
no comprendidos.
7.-
Las monedas, copiando el sistema griego, aparecen en Levante a partir
del V a.C, y tienen gran eclosión en el III a.C. por las necesidades
de la Segunda Guerra Púnica. Hasta la dominación romana, las cecas
seguirán produciendo piezas con iconografía y escritura propia, que
circulaban a la vez que las púnicas y las romanas.
8.-
El comercio estaba dominado por las élites locales, y era signo de
poder y de prestigio, a la vez que fuente de riqueza.
9.-
El estado se regía por un príncipe o régulo, miembro de la
aristocracia gentilicia, y se valía de sus iguales para gobernar.
Los sacerdotes (y sacerdotisas) no eran una casta aparte, aunque
pertenecían a la clase elevada. Los comerciantes florecían en torno
a las castas dirigentes, a las que proveían de objetos de lujo o
prestigio. Los guerreros podían ser todos los varones, aunque
proliferaron cuerpos mercenarios, que se alistaban con quien les
pagase. Los artesanos (alfareros, orfebres, curtidores, herreros,
etc.) se dedicaban en exclusiva a u oficio, surtiendo de productos a
la gran mayoría agropecuaria de la población.
10.-
El ejército no era regular, y dependía de la zona. En Andalucía y
Levante, el régulo reclutaba y dirigía las huestes, con
relevante papel para las élites aristocráticas. En el NE, los
consejos de ancianos encomendaban el mando durante el conflicto a un
caudillo. La solidaridad de los grupos se aseguraba gracias a la
devotio, por el que se debía obediencia al jefe a vida o
muerte. El valor de los íberos y sus tácticas de guerrilla fueron
elogiados (y explotados) por púnicos, griegos y romanos. Se tiene
constancia de tropas mercenarias íberas en la batalla de Himera (480
a.C.) y en la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.)
11.-
La religión era de tipo animista, donde aparecen seres fabulosos
(esfinges, grifos, bichas) o bestias divinizadas leones, toros). En
la época más antigua las imágenes sagradas se asociaban a ritos
funerarios, dando rango divino o heroico al jefe. El caso más
destacado es el conjunto de Porcuna. Más adelante, se hace colectiva
y aparecen más imágenes humanizadas, sobre todo, las damas, que
toman el relevo de los guerreros. La influencia orientalizante a
partir del IV a.C. se muestra en los santuarios (lugares destacados o
entornos naturales, no necesariamente edificios), donde múltiples
exvotos adoptan formas de diosas púnicas o griegas (Astarté,
Melqart, Artemisa, Tanit).
El
ritual funerario más común es la cremación, asociada a las clases
dominantes, cuyas cenizas eran guardadas en una urna, que se honraba
en un banquete funerario y se guardaba en una tumba tras acompañarla
de ajuar diverso.
En
suma, una exposición muy interesante, presentada de forma amena y
didáctica, que sería deseable visitase más localidades andaluzas,
si la cultura estuviese entre las prioridades de nuestra sociedad
actual (que no parece ser el caso...). Si van a Barcelona a partir
del 22 de Octubre, visítenla...
Autor:
José luis Rodríguez
Fotografías:
José Luis Rodríguez
1 comentario:
La exposición no marcha a tierras catalanas como se indica en esta entrada, sino que sigue su itinerancia por toda España y la siguiente parada será Valladolid, del 13 de noviembre al 15 de diciembre.
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