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3 de noviembre de 2011

MOARVES DE OJEDA

Este país nuestro es sorprendente se mire por donde se le mire. Tenemos tal riqueza artística que ni aún llevando toda la vida estudiando su historia y su arte no deja de darte sorpresas, como la que me llevé yo haciendo un viaje por el norte de Palencia yendo hacia el valle de Liébana (Cantabria).

 Entre Herrera del Pisuerga y Cervera del Pisuerga existe una aldea cuyo nombre es Moarves de Ojeda. Debo pedir mil perdones por mi ignorancia, pero jamás había oído hablar de ella. Bien, pues en ese para mí perdido pueblecito me encontré una de las portadas románicas más maravillosas que he visto nunca. Ya hice referencia en un artículo anterior al encanto de esas pequeñas iglesias del norte de Castilla, lejanas al lujo o la espectacularidad de monasterios y grandes iglesias del Camino, construídas por los propios lugareños con o sin ayuda del noble feudal de turno y mantenidas por ellos mismos -de milagro- a lo largo de los siglos.

A ese tipo de iglesia pertenece la de San Juan Bautista de Moarves. Una única puerta en derrame da paso al interior. Está compuesta por seis arquivoltas con decoración de ajedrezado y sus correspondientes jambas están rematadas por maravillosos capiteles con la decoración propia del gran románico: bestiarios, músicos, escenas de vida cotidiana … Sobre la portada nos deja boquiabiertos un friso como he visto pocos. Lo preside un magnífico Pantocrátor, Cristo en Majestad que luce magnífico y complicado manto, con el libro de la vida en la mano izquierda y la derecha bendiciendo a los humildes mortales anonadados ante su presencia. Remata su presencia la almendra u orla mística que le rodea, recordándonos cuánto de los cultos solares precristianos, fundamentalmente el de Mitra y Apolo, ha heredado la figura del Cristo.  Junto a Él los cuatro símbolos de los evangelistas (toro, águila, león y hombre) nos recuerdan que es en los Evangelios y sólo en ellos donde podemos encontrar la palabra de Dios. Acompañan a la deidad en ambos lados los veinticuatro varones que nos describe San Juan en el Apocalipsis, el momento en que Cristo regresará en toda su majestad para juzgar nuestro comportamiento a la luz de sus mandamientos y salvarnos o condenarnos para toda la eternidad. (Que Dios nos coja confesados y nunca mejor dicho)


 En el interior de la iglesia nos esperan un coqueto coro en madera, al fondo de la nave y en alto, sin interrumpir la perspectiva como ocurre en las catedrales; afortunadamente Trento no llegó a los pueblecitos. Y para poner la guinda, una espectacular pila bautismal también románica. ¿Qué más puede pedir un friky de ese estilo arquitectónico aparentemente sencillo pero tan simbólico, profundo y, esencialmente, bello?

Por los carteles de carretera y campanarios entrevistos me temo esperanzadamente que el norte palentino reserva muchas más  sorpresas a mi falta de conocimientos así que esta saga continuará  ¡Aojalá!



Fotos: Iglesia de San Juan Bautista de Moarves de Ojeda. Vista genera, portada, capiteles de las jambas y Pantocrátor. Realizadas por el autor.

2 comentarios:

Claudia Baelo dijo...

Hola: y amén,porque me pateo el románico de todos los lugares y este para mí es desconocido .Gracias de nuevo,tiene una pinta ¡impresionante!,¡Aojalá! pueda ir pronto,si es que...España está llena de joyas donde una menos se los espera.Es así.Saludos

José Luis Rodríguez dijo...

Esta iglesia es una maravilla, y sorprende encontrarse tal fachada en una aldea por la que si te descuidas, pasas de largo. Esta portada debería estar en los libros de texto, que hemos estudiado cinco años en la facultad y ni la citaron. Muy recomendable la ruta del románico palentino. Y es de agradecer este artículo en el blog, que, como otros tantos, ayuda a comprender y conocer mejor nuestro patrimonio.