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2 de noviembre de 2011

OTOÑO



Sé que lo mío es la Historia y que cuando me pierdo por otros vericuetos  los resultados pueden llegar a ser lamentables. Pero hay momentos, como hoy, en los que no apetece hacer equilibrios intelectuales sobre nuestro devenir, nuestra realidad o la majadería general que nos rodea. Quizás sea porque se hace viejo el año y algunos nos dejamos llevar por él.

Casi sin darnos cuenta nos ha estallado el otoño entre las manos. Todo ha caído en la contradicción  de los días más cortos y los colores más vivos, la melancolía que augura el inmediato invierno y la explosión de los paisajes que parecen querer despedirse dándose un toque de exagerado maquillaje, como una mujer que fue hermosa y no se resigna a perder su atractivo. Nos envuelve una pincelada de teatralidad que no consigue difuminar un no sé qué de soledad, de despedida que casi suena más a adiós que hasta luego.

Así lo sentí en un largo paseo que me di por bosques septentrionales y algo de ello ha quedado reflejado en las imágenes que quise hacer mías y que les ofrezco en el siguiente enlace.

2 comentarios:

Claudia Baelo dijo...

Hola. A mi me encanta el otoño y pasear por bosques donde las hojas adquieren múltiples colores y se dejan caer como en un abrazo a la tierra,ese frescor anuncia más un hola a poder dormir sin un exceso de calor.El verano para mí es definitivamente hortera;las moscas,los mosquitos,el sudor,las chanclas y hasta las playas que se llenan de bañistas con dudosa estética.Gracias por esas fotos y espero que me comprenda,estoy en clave de humor.Saludos!
pdt.- muy buena entrada la anterior.

Daniel García-Parra dijo...

No sólo lo entiendo sino, en lo referente a las playas, lo comparto.