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1 de junio de 2011

VIAJE POR EL EGEO: DE LA ATLÁNTIDA Y OTRAS LEYENDAS


Tuve que irme hasta el mar Egeo para llegar a apreciar en todo su valor la plasticidad de la expresión “el vinoso ponto” de Homero o entender por qué se le llama “azul marino” a un determinado color azul.  Nunca había visto esas tonalidades en las aguas de un mar; verdes esmeraldas y transparentes, sí; brillantes azules turquesa también; incluso grises acerados cantábricos.  Pero los colores del mar entre las costas griegas y la antigua Asia Menor, nunca.

Egeo: rey de Atenas, trágico padre de Teseo que se despeñó desde la alta roca de la Acrópolis creyendo que su hijo había muerto porque al apoyardao del niño se le olvidó cambiar el color de las velas al regreso de su viaje a Creta donde mató al Minotauro y enamoró y posteriormente despreció y humilló a la entregada Ariadna. De su patético recuerdo le viene el nombre al mar cuna de culturas abuelas de nuestra civilización (caso que estemos civilizados, que a veces hay por qué dudarlo). Cretenses y micenos, aqueos, dorios y helenos… Y las leyendas: Argonautas, Troya, Ulises, el sociópata Aquiles y todo un Olimpo de egocéntricos dioses. Todo eso y mucho más navega aún hoy por el vinoso ponto en cóncavas naves.

Deambulé por Rodas de la que poco puedo contar no haya ya escrito (vid. “Temblores Históricos” en este mismo blog). Y me pasmé ante la belleza de la antigua isla de Thera, hoy Santorini. Bueno, de lo que queda de ella. Recordamos que hace unos cuatro mil años la isla saltó por los aires en una gigantesca erupción volcánica. Por eso actualmente tiene una forma como de croissant o media luna con una enorme roca de lava en el centro. Es el resultado de haber inundado las aguas marinas la caldera del volcán dejando testimonio de su chimenea. Son increíbles sus pueblos encaramados y asomados a los inmensos farallones verticales que se hunden en el mar a profundidades de escalofrío. Y toda una experiencia subir a ellos en burro. Todavía se me estremece la rabadilla –más bien el culo- cuando lo pienso.

Probablemente, el descomunal maremoto producido por la explosión fue causa de la decadencia y desaparición de la cultura minoica, que tiene una de sus más ricas expresiones en el yacimiento de Acrotiri, en un extremo de la isla.  Su recuerdo ha quedado grabado en la leyenda de la Atlántida, la desaparición en las aguas de una gran isla con gentes de una cultura superior. No sólo eso. Paso a contar una de las teorías más peregrinas que al respecto he escuchado.

Hay toda una escuela de pseudocientíficos yanquis empeñados en hallar pruebas incontestables de lo que nos cuenta la Biblia es absolutamente histórico. Uno de sus relatos más asombrosos es, indudablemente, la forma en que se retiraron las aguas del mar Rojo para permitir escapar al pueblo elegido de los crueles y sanguinarios egipcios. Pues bien; la explicación nos la da la erupción de Santorini. El lugar de los hechos, según lo que leí, no fue el mar Rojo exactamente, sino la zona de marismas que discurre entre el Delta del Nilo y la Península del Sinaí. Allí se encontraban los israelitas a punto de ser cazados por el faraón Meremptah (que no Ramsés II en su encarnación de Yul Brynner) cuando el volcán explota, la gran caldera se chupa miles de millones de toneladas de agua, las marismas, en consecuencia quedan momentáneamente enjutas al retirarse el mar y los judíos aprovechan y atraviesan el vado milagrosamente abierto; cuando les toca a los egipcios es el momento en que por reacción se ha formado la gigantesca ola del maremoto, viene, llega y los arrasa. Enorme milagro para siempre jamás, aunque yo me pregunto lo siguiente: habida cuenta que en el fenómeno descrito el tiempo que hay entre la retirada del mar y la posterior violenta invasión (ocurre en todos los maremotos) es como mucho de minutos, ¿cuánto no tuvieron que correr los hijos de Israel con sus carros, sus cabras, niños y viejos, para llegar a la otra orilla? Eso sí es un milagro total.  Y digo más ¿cuán gilipollas no tuvieron que ser los egipcios para ir tras ellos viendo el marrón que se les echaba encima? Milagro absoluto. El que no es creyente es por obcecación, porque las pruebas están ahí.

Pueden Vds. ver algunas fotos que hice de Rodas y Santorini en el  álbum de Picasa cuyo enlace es el siguiente:



2 comentarios:

Paulino Zamarro dijo...

Efectivamente, la Atlántida estaba en torno a las islas Cícladas (en pleno mar Egeo) y desapareció bajo las aguas hace 7500 años, pero no por la explosión de un volcán, sino como consecuencia de la ruptura del istmo que hasta esa fecha existía en lo que hoy es el estrecho de Gibraltar.
Las pruebas de que esto fue así se aportan en www.atlantidaegeo.com

Daniel García-Parra dijo...

Interesantísima tu aportación. Algo había leído sobre ello pero referido a la formación del Mar Negro tras la ruptura del itsmo de Gibraltar, como origen de la leyenda del Diluvio. Son temas apasionantes.