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19 de mayo de 2012

LA AMANTE DE SAN MARTÍN Y LA FOTO DE LUTERO


No es este el lugar para hablar sobre la actualidad del sistema de enseñanza y la Educación, así, con mayúsculas. Pero es que a veces resulta muy difícil resistirse a utilizar cualquier tribuna a mano para lanzar un grito de socorro.

Ahora que parecía que estábamos saliendo del subdesarrollo educativo; ahora que teníamos unas infraestructuras públicas suficientes y dignas, programas de apoyo a la diversidad intelectiva, social y cultural; ahora que descendía el número de abandonos del alumnado tanto de la ESO como del complicado salto al bachiller; ahora que parecía que el monstro de las pruebas de calidad internacionales, como el informe PISA, empezaban a dulcificar su áspero rostro del fracaso; ahora, digo, un tal Wert, apoyado por todo un gobierno, cuyo único mérito me suena que era el de ser perro ladrador en alguna de esas infames tertulias mediáticas, obliga a tal recorte en financiación de la Educación que todo lo dicho se nos va a ir a hacer puñetas.

¿Una nueva generación perdida para elevar nuestro nivel educativo? Me temo que sí. Me asusta pensar que si ahora tenemos el problema de la fuga de jóvenes cerebros por falta de trabajo, en no muchos años se haya resuelto el asunto porque no tengamos cerebros para fugarse. Justo en el momento en que el salto global en todas las ciencias y tecnologías está siendo espectacular. ¡Cojonudo! Que inventen ellos, una vez más.

Pero no era esta amarga diatriba la que quería presentar hoy, sino todo lo contrario. Quería provocar una sonrisa con una anécdota que me ha enviado nuestra amiga y colaboradora Marisa Martín referida a un examen de historia realizado en un instituto, un ejemplo jocoso de todo lo que nos falta aún por hacer en la Educación. Aunque el domingo sea gris y lluvioso, la cosa esté para pocos chistecitos y tengamos las comisuras anquilosadas por la falta de alegrías, siempre hay un hueco para esa sonrisa.

La educación, no tiene desperdicio.

Esta es una anécdota que me contaron  con motivo de estar tratando con unos colegas  el tema  del significado de la lectura y el poco dominio de la misma que tienen nuestros alumnos.  Me pareció que no tiene desperdicio. Por eso se la cuento. 


En una escuela secundaria, los profesores estaban haciendo exámenes, esta vez de Historia, en un caluroso día de diciembre… En medio de su lección, un alumno  afirmó que “en Francia, el general San Martín , líder de la independencia del Cono Sur de América, tuvo una amante llamada Logia Lautaro”; y hubo otra alumna que, en la misma mesa, aseguró que “El Papa excomulgó a Lutero porque no quiso sacarse una foto con él”.

 Les cuento que en la mesa había una profe de Lengua, quien medió en el asunto pidiéndoles a los alumnos que mostrasen el lugar del libro de texto donde decía lo que ellos afirmaban. Cada uno de los chicos encontró rápidamente la página y hasta la oración en cuestión. Transcribo abajo textualmente las palabras de los libros (que la mañosa y la fascinada profe de Lengua se apuró a copiar y atesorar en su libretita azul), para que lean, comparen con las afirmaciones de los chicos y piensen…

 
En Francia, San Martín tuvo una amante llamada Logia Lautaro  
 La frase del libro decía:
“En Francia, San Martín tuvo relaciones con la Logia Lautaro ”

 
El Papa excomulgó a Lutero porque no quiso sacarse una foto con él.  
La frase del libro decía:
 “El Papa excomulgó a Lutero, porque se negó a retractarse ante él”.

Imagen: el general San Martín

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