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6 de marzo de 2013

SAN SALVADOR DE VALDEDIOS, JOYA DEL PRERROMÁNICO ASTURIANO



En el antiguo Reino de Asturias, en un precioso valle perdido que tuvo el nombre de Boiges, a orillas del río Asta, podemos encontrar tras un precioso viaje por las breñas de los montes cántabros, la Iglesia de San Salvador de Valdedios (“el Conventín” le llaman los lugareños) junto al Monasterio de Santa María. Sito en un prado de color esmeralda y protegido por boscosos montes es una de la joyas del prerrománico asturiano y uno de sus últimos grandes monumentos.

San Salvador. 
Fue mandado construir por Alfonso IIIel Magno (866-910), último rey auténticamente astur, puesto que tras él el centro de la monarquía se establecerá en León. Alfonso fue el creador de un auténtico reino cristiano en una Hispania que no es tal, sino la Al-Andalus musulmana. Sus antecesores no pasaron de ser simples régulos de un pueblo encerrado entre las montañas y el mar cuya independencia era desdeñosamente permitida por los emires cordobeses a cambio de los tributos que como vasallos debían pagarles. El rey Alfonso, manipulando historia y religión como gran gobernante que fue, dotó de columna ideológica al reino astur-leonés haciéndole descendiente directo de los reyes visigodos según la fantástica crónicaAlbendense (881) o la que lleva su propio nombre (Crónica de Alfonso III, 911) en la que hace trazar una línea directa entre la monarquía toledana y la suya propia. 
San Salvador
Igual o mayor transcendencia tendrá la creación, durante su reinado, del mito compostelano. Será el rey Alfonso quien construirá la primera basílica sobre la supuesta tumba del Apóstol, muestra palpable del apoyo celestial a su política de expansión que llegará hasta la línea del Duero y quien abrirá el Camino de Santiago, la vía por la que los nacientes reinos cristianos se comunicarán con el resto de Europa y se integrarán en la cultura occidental.

San Salvador
Todo ello no evitó que el final de su vida fuese amargo. Una conjura palatina organizada por sus propios hijos le arrebató el trono. Precisamente fue San Salvador de Valdedios el lugar de su retiro.  No la iglesia en sí, naturalmente, sino el complejo palatino, del estilo del que Ramiro tuvo en el monte Naranco de Oviedo. Tristemente no queda ni resto de ese palacio en Valdedios. Ni siquiera conocemos aún su posible localización.

Iglesia del Monasterio de Santa María
Posteriormente, ya en el siglo XIII, se construye junto al “Conventín” el monasterio de Santa María de Valdedios que fue regentado por la orden Cisterciense. Tiene una magnífica iglesia cuyo estilo está entre el final del románico y principios del gótico y unas dependencias alrededor de un claustro de diversos estilos que corresponden a las distintas ampliaciones a lo largo del tiempo.

Iglesia del Monasterio de Santa María
Los avatares del monasterio han sido muchos y en ocasiones desafortunados. Incendios, inundaciones catastróficas, desamortización, periodos de abandono… No fue hasta 1931, en que el gobierno de la II República declaró a todo el conjunto Monumento Nacional que los poderes públicos se hicieran cargo de su conservación, lo que no significa que con ello acabaran sus tristes acaeceres. 
Claustro del Monasterio de Santa María
Durante la Guerra Civil el monasterio fue utilizado como centro psiquiátrico. Cuando llegaron las tropas fascistas todo el personal sanitario fue muerto y enterrado en una fosa común. Se conoce su ubicación pero aún no se ha hecho nada al respecto.

Iglesia del Salvador. Restos de policromía
Hoy su situación y estado es complejo. La Iglesia de San Salvador está perfectamente restaurada y es una delicia admirar sus tres naves que aún mantienen algo de la policromía que en su día las decoraron, sus ventanas geminadas con arcos de herradura peraltados, los restos de sus inscripciones epigráficas, entre las que destaca la placa de mármol que da cuenta de su fundación o el relieve de la Cruz de la Victoria (también creación de Alfonso III) que se encuentra en la fachada principal dando fe que nos encontramos ante un edificio real.
La cruz de la Victoria
 Muy otro es el estado del Monasterio. Gracias a un plan de restauración magníficamente realizado por la Escuela Taller de Valdediós, financiado por el Gobierno del Principado y el INEM,  se mantiene dignamente en pie. Pero vivimos malos tiempos y hoy es evidente la dejadez consecuencia de falta de presupuesto y personal para el mantenimiento. 
Placa fundacional  del Conventín
Un par de personas, no más, hacen lo que pueden para que tenga un aspecto decoroso pero es evidente que se necesita mucho más, incluída una decidida promoción para que los ingresos del turismo salven la situación. Pero mucho me temo que la cultura y el patrimonio no están ahora entre las prioridades de nuestros preclaros gobernantes.

Algunas imágenes les dejo que ojalá sirvan para que algún viajero curioso se acerque a San Salvador. Garantizo una experiencia histórica y estética maravillosa.

Fotos realizadas por el autor. Recomiendo verlas en grande; para ello basta con "pinchar" en la que nos interese.

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