Select a language

20 de septiembre de 2011

SOLUCIONES HISTÓRICAS PARA AHORRAR EN GASTOS DE ENSEÑANZA

No dejo de insistir en que, a la luz de la Historia, no hay nada nuevo en cualquiera de los avatares con los que nos amargan los cafés matineros los titulares de la prensa. Últimamente, los preclaros próceres que nos guían a través de procelosos mares de quiebras griegas, valores de deuda, carajas en la Bolsa y demás arcanos de la economía, están con la matraca de que el sistema de enseñanza es caro, poco productivo e insostenible si queremos seguir manteniendo televisiones deficitarias, fastos culturales, derroches energéticos  y tapitas de jamón de pata negra.

Al parecer el problema se centra en el profesorado. Parece mentira, pero es un colectivo desalmado que exige que se le reconozca el trabajo que realiza y -¡oh cielos!- cobrar un salario decentillo por el mismo. No reconocen que eso no puede ser, que son muchos y el resultado final es que nos cuestan una pasta gansa que luego nos falta para invertir en olimpiadas fastuosas,  AVE(s) de lujo para llegar en dos horas al hotelito de la costa y guerras en la quinta ostia donde no se nos ha perdido nada.

Así que me arremango el intelecto y me pongo a la faena de proponer soluciones que, en su momento histórico, resolvieron el problema de la educación sin costar un duro. Vamos a ello.

1.- Edad Antigua. Yo tomaría ejemplo de los romanos. Conquistaron Grecia, el pueblo más culto de la época, esclavizaron a sus estudiosos, filósofos y pensadores en general y se los llevaron a Roma como pedagogos (profes) de sus angelicales romanitos. Ventajas del sistema: el pedagogo (profe) no cobra un duro; con una túnica y la comida diaria, no mucha, le sobra. Además si protesta por la horas de trabajo o no cumple como nosotros deseamos con la tutoría, se le dan cuatro latigazos y aquí paz y después gloria, no como ahora que si les pegas se molestan y te pueden denunciar. Visto lo visto, propongo: ¿por qué no conquistamos Suiza -por ejemplo- esclavizamos a sus catedráticos, ingenieros y técnicos en general y los traemos como pedagogos (profes)? Aparte de las ventajas antedichas, crearíamos un comercio de compraventa de maestros que dinamizaría los mercados, sin contar la posible recalificación del suelo de los Alpes (dejo a su imaginación las consecuencias de tamaño negocio).

2.- Alta Edad Media: es un modelo educativo distinto que consiste en que no haya ningún modelo educativo. Todos analfabetos pero, eso sí, no gastamos ni un duro en enseñanza. A los niños les podemos dedicar al campo o apuntarles en mesnadas que ataquen a la morisma, con lo que de paso resolvemos el problema del terrorismo de los radicales islámicos y no necesitamos de Alianzas de Civilizaciones ni mariconadas de esas.

3.- Baja Edad Media y Edad Moderna: periodo en el que la enseñanza estuvo en manos de los frailes, esencialmente dominicos y franciscanos. Si adoptásemos este modelo, el ahorro sería  quasi total puesto que al ser órdenes con voto de pobreza, no cobrarían un duro por ejercer de profes. Item más: al volver a aplicar azotes y disciplinas en el aula –la letra con sangre entra- nos ahorraríamos el gasto de gabinetes pedagógicos y el salario del orientador(a) en el insti. Eso sin contar que el fichaje de dominicos podría traer consigo la reimplantación del Santo Oficio o Inquisición con lo que podríamos quemar en las plazas públicas a buena parte de los actuales profes que son una panda de rojazos, masones y perroflautas; así, nos quitábamos el problema de tener que pagarles el subsidio de desempleo.

Podríamos seguir tomando ideas de nuestros ancestros: chamanes enseñando a nuestras criaturas a la luz del fuego, el ejemplo de Herodes que consiguió reducir la población escolar radicalmente, pedir ayuda al Espíritu Santo que nos ahorraría todos los profes de idiomas… Como podemos ver, soluciones hay y muchas. Es cuestión de bucear un poco en nuestra historia y con la mejor voluntad de unos y otros, aplicar la más idónea de aquéllas, aportando cada uno nuestro granito de arena.

No hay comentarios: