El 23 de Mayo del 844, año del Señor, el rey Ramiro I de Asturias con sus escasas huestes obtiene una apabullante victoria frente a los “moros” en el lugar de Clavijo en la actual Rioja.
A modo de pie de página. Lo de los moros lo pongo entrecomillado por ser la despectiva expresión con que se trata a los andalusíes en todas las crónicas y cronicones hasta nuestros días. Para los menos versados recordemos que llamamos andalusíes a los españoles que residían en las tierras de religión musulmana y cultura hispanoárabe de la Península entre el 711 y el 1492. Dichos andalusíes podían ser islamistas, judíos o cristianos mozárabes indistintamente y en su mayoría eran descendientes de los hispanorromanos mezclados con una minoría gobernante de remoto origen sirio y otra minoría demográfica más importante de origen beréber o magrebí, sin olvidar a los judíos sefardíes. El término andalusíes no nos debe despistar identificándolo con la actual Andalucía; se refiere a todo el territorio musulmán que, en el siglo IX que nos ocupa, es prácticamente todo el solar peninsular excepto las cordilleras y valles más septentrionales.
Los antecedentes de la Batalla de Clavijo son los siguientes: los cristianos andaban mosqueadillos con eso de tener que entregar al emir de Córdoba cien doncellas al año junto con otros tributos. Al menos eso era la opinión de los varones; nunca se recogió la de las doncellas acerca de si preferían malvivir entre las ásperas montañas norteñas, nubladas y lluviosas, corriendo tras las cabras o residir en la soleada Córdoba entre los lujos de palacios y harenes. Pero la historia está escrita por hombres y ya no tiene remedio la cosa. Como fuere, los machos cristianos estaban cabreados y cabalgan a tierras riojanas a lavar su honor con sangre.
Vísperas de la batalla, al rey Ramiro le reconcomía la preocupación por ser su ejército mucho menor que el del emir Abd al-Rahman II. Pero mira tú por dónde, la noche anterior al enfrentamiento se le aparece en sueños el apóstol Santiago para tranquilizarle prometiéndole que él intervendrá en la batalla. Y así fue; en la jornada de Clavijo, en lo más espeso del fragor de la barbarie, un jinete en caballo blanco se hinchó a matar “moros” dando la victoria a los cristianos. Eran Dom San Yago, patrono de España y de nuestros ejércitos desde aquél mismo momento.
Fotos: castillo de Clavijo.- Santiago Matamoros y los “moros” de la Iglesia de Padrón.- Santiago Matamoros de la Catedral de Santiago. Tomadas por el autor.
5 comentarios:
Religión única y verdadera? No entiendo su referencia bibliográfica para afirmar las justas causas de dicha afirmación.
Esa figura retórica se llama ironía o incluso sarcasmo apreciado lector.
Pues es una ironía ESTÚPIDA
RELIGIÓN ES DARLE EL CULTO DEBIDO A DIOS EN EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA
LO DEMÁS ES SUPERSTICIÓN
Y POR CIERTO QUE SI, LA RELIGIÓN CRISTIANA CATÓLICA ES LA VERDADERA
LE GUSTE A QUIEN LE GUSTE Y LE PESE A QUIEN LE PESE
QUE USTEDES NO CREAN NO INVALIDA
RELIGIÓN ES UNA VIRTUD MORAL
https://youtu.be/Vz1hJtZgSJk
La Apostasía por Marino Restrepo.m4v
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