Las dos catedrales se inclinan sobre el espejo del río Tormes y se ven guapas.
Al fondo la altivez barroca de la gran cúpula de la catedral nueva rompe en oro el azul del cielo.
La torre del campanario cobija a su sombra un jardín pétreo de espadañas con olores a aulas antiguas, zascandiles esudiantinas y oscuros manteos de arcanos conocimientos.
El río pasa y los reflejos se quedan. Nuestro tiempo fluye y permanecen los recuerdos.
Foto: Catedral de Salamanca, realizada por el autor.
Foto: Catedral de Salamanca, realizada por el autor.
1 comentario:
Maravillosa foto
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