Instrumentos hallados en la Cueva de la Frontera |
Interesante artículo de Javier Sampedro sobre el origen del hombre moderno hace 45.000 años. Publicado en El País del 30 de Julio del 2012.
Los
San lo iniciaron todo
Una de las grandes
paradojas de la paleontología es el llamado Gran Salto, o aparición
repentina en Europa, hace unos 40.000 años, de los instrumentos
avanzados propios de la creatividad humana moderna. Pero los últimos
datos revelan que ese Gran Salto ya había ocurrido en África 4.000
años antes.
Un grupo de arqueólogos encabezados por Francesco d’Erico, de la Universidad de Burdeos, acaba de descubrir estas evidencias en la cueva de la Frontera (Border Cave), un yacimiento de extraordinaria riqueza situado en el límite entre Suazilandia y la provincia surafricana de Zululandia, en el sudeste del continente. Los artefactos pertenecen a la cultura San, uno de los grupos de bosquimanos que, según todas las evidencias, inventaron la moderna cultura de los cazadores-recolectores que enseguida se propagó por el mundo.
Un grupo de arqueólogos encabezados por Francesco d’Erico, de la Universidad de Burdeos, acaba de descubrir estas evidencias en la cueva de la Frontera (Border Cave), un yacimiento de extraordinaria riqueza situado en el límite entre Suazilandia y la provincia surafricana de Zululandia, en el sudeste del continente. Los artefactos pertenecen a la cultura San, uno de los grupos de bosquimanos que, según todas las evidencias, inventaron la moderna cultura de los cazadores-recolectores que enseguida se propagó por el mundo.
Las
huellas arqueológicas de instrumentos sofisticados y de la primera
cultura simbólica de que se tiene noticia ya habían aparecido en
este y otros yacimientos sudafricanos —en particular la cueva
Blombos, en el puro extremo meridional del continente— en estratos
datados hace 75.000 años. Sin embargo, esa cultura relativamente
avanzada no debió establecerse con firmeza, pues desapareció 15.000
años después sin dejar rastro aparente.
Los
artefactos de la cultura San hallados en la cueva de la Frontera, por
el contrario, abarcan un periodo extenso de tiempo y un abanico mucho
más amplio de tecnologías. Incluyen ornamentos corporales hechos de
conchas y cuentas, huesos con muescas, bastones de madera para
excavar, punzones de hueso y puntas de flecha del mismo material.
Los
San también fueron los primeros, si no en domesticar a las abejas,
al menos sí en utilizar la cera de las colmenas para sus propósitos
industriales, según proponen los autores. La cueva de la Frontera
contiene restos analizables de una pócima hecha conhuevo,
cera de abeja y resina de euphorbia, un material francamente pegajoso
que los primitivos bosquimanos, posiblemente, utilizaban para adherir
las herramientas a su mango. El primer pegamento de la historia,
datado en 40.000 años.
El
artefacto más reciente, que data de hace 24.000 años, es un
aplicador de veneno que aún conserva restos tóxicos derivados de
semillas de ricino. Nuestros ancestros no se andaban con tonterías a
la hora de cazar.
Los
resultados añaden fuerza a otras evidencias genómicas obtenidas el
año pasado, y a los análisis lingüísticos que se han ido
acumulando en los últimos años. También según estas líneas de
investigación, nuestros primeros ancestros eran bosquimanos del sur
de África, como los San, y se comunicaban en khoisán,
el lenguaje-clic que
probablemente fue lengua ancestral de la humanidad, donde las
consonantes eran chasquidos como el que aún usamos para indicar
fastidio, y como el sonido de un beso.
Los
San y otros bosquimanos del sur revelan una variedad genética
interna mucho mayor que cualquier otra población humana actual. Y la
explicación más simple es que toda la humanidad actual proviene de
aquellos primitivos habitantes del sur de África —no de Etiopía,
como se pensaba anteriormente—, y que los actuales hablantes
de lenguajes
clicson
los herederos en línea directa de nuestros primeros padres.
Texto: Javier Sampedro
Foto: F.
D'ERRICO / L. BACKWELL, publicada en El País
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