No sé si acierto al decir que Extremadura es una gran desconocida. Sí puedo afirmar que, al menos para mí, lo fue durante mucho tiempo. Si mal no recuerdo su nombre proviene del “extremo Douro (Duero)” medieval, que comprendía a Zamora y Salamanca y que tras la conquista del reino Taifa de Badajoz por los cristianos, pasa a nominar a ese territorio occidental del reino de Castilla. Tal vez sea por su posición excéntrica en el mapa y por sus hasta hace nada pésimas comunicaciones por lo que la Comunidad Extremeña sea todavía una maravilla a descubrir por mucha gente.
Por circunstancias personales ahora tengo estas tierras al alcance de un paseo en coche y no estoy perdiendo la oportunidad. Fruto de ello es el nuevo álbum que he publicado en Picassa en el que me faltan piezas fundamentales: Mérida, Trujillo y el Monasterio de Guadalupe. Espero poder incluir sus imágenes en breve. Como siempre, las fotos las podéis ver bien a través de la sección “Mis Fotos”, bien utilizando el enlace que a continuación os dejo.
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