El otro día, 14 de Abril, dejándome llevar por la subjetividad de mi respeto por la II República, escribí textualmente “Iba a ser el primer intento serio de hacer avanzar a España hacia un sistema liberal y democrático, moderno y progresista.” Con ello caí en una injusticia histórica muy común que es olvidar que existió una I República que no por breve (11 de febrero de 1.883 a 29 de diciembre de 1.884) fue menos honrada en su intento de democratizar y modernizar España y cuya huella marcará los hechos históricos posteriores.
Subámonos a nuestra tecnocutre máquina del tiempo y observemos. En 1.868, el general Prim junto con el Almirante Topete, el general Serrano y el entusiasmo de la población española, manda a Isabel II y con ella a la dinastía de los Borbones, al exilio dorado de Francia. De inmediato, Prim se pone a la tarea de buscar otra cabeza a la que coronar y el trono español entra en una especie de subasta a la baja puesto que por cuestiones internacionales y por la propia situación interna de España a ningún principito europeo le apetecía demasiado el cargo por muy vitalicio que pareciese ser. Por fin lo acepta don Amadeo de Saboya, príncipe de la familia reinante en Italia. Dos años duró en el cargo. Abdicó voluntariamente y se fue diciendo aquello de que “le había parecido estar dos años en la luna”.
Dadas las circunstancia y con los vientos del pueblo a favor, aprovechando que la constitución de 1.869 no definía claramente la forma de la Jefatura del Estado español, las Cortes proclamaron la I República. La pobre ya nació con gravísimos problemas de postparto: una guerra civil (la III Carlista), una guerra independentista en Cuba, la tradicional oposición de terratenientes e Iglesia con su corolario de ruido de sables de militarotes golpistas y un enfrentamiento feroz entre los que concebían España como un Estado centralista gobernado desde Madrid y los que deseaban una España federal. Pondrá la guinda la sublevación cantonalista, un esperpento en que casi cada capital de provincia o pueblo más o menos aparente quiso proclamar su independencia federal frente al Estado. Algún día charlaremos sobre Antoñete Gálvez y el cantón de Cartagena.
Con esos mimbres, pocos cestos podía hacer la nueva República. Cuatro presidentes, cuatro, tuvo en el año de su existencia: don Estanislao Figueras, don Francisco Pi y Margall, don Nicolás Salmerón y don Emilio Castelar. Centralistas los unos, federalistas los otros. Todos ellos hombres brillantes, grandes oradores y conocedores de la tragedia patria. Resulta admirable, por ejemplo, Salmerón que dimite de la presidencia por no firmar unas penas de muerte que le exigían los militares (“dimitir” vocablo inexistente en el nuevo diccionario político y que suena hasta ridículo si le añadimos la coletilla “por honradez”). Leer a Pi y Margall es darse un baño de sensatez política y los discursos de Castelar deberían ser asignatura obligatoria para nuestros balbuceantes próceres y "próceras"actuales.
A pesar del sombrío panorama que he descrito, fijémonos en algunos logros de aquella República: establecimiento de la mili voluntaria (se pagaría una peseta y un chusco por día a los soldaínos), abolición de la pena de muerte, separación del poder judicial del resto de los poderes del Estado, establecimiento del sufragio universal y abolición de la esclavitud -en Puerto Rico, que no en Cuba por su estado de guerra-.
Todo acabó con el golpe militar del general Pavía. Eso me lo guardo para otra ocasión. Pero quede como monumento de clarividencia política esta anécdota del primer presidente, don Estanislao Figueras. En un momento de desesperación por las luchas políticas internas entre los propios republicanos exclamó: “Estoy de nosotros hasta los cojones”
Sí, que razón Estanislao... A veces, da miedo uno mismo, se come por dentro por "miedo" justamente...
ResponderEliminarLa I, y también la II aunque creo que en menor medida por la época, es un período de políticos que son intelectuales y educadores, y además saben de lo que hablan porque están muy bien formados, mientras que hoy, por ejemplo: ¿Quién tiene una formación fuera de "economía" o graduado por la universidad católica...? No sé, pero yo creo que ningún político sabe de verdad de Historia ni de un estudio de verdad de nuestros problemas: Una falta total de formación educativa. Se creen que con un FP ya se salva uno o de que se pasen "pruebas" de las que luego después no se consigue NADA, pues la Cultura a nivel GENERAL es penosa... no creo que como EEUU, pero parecida...
Y otra cosa, se abusa del populismo, como gusta a todos... Hombre, una cosa es Democracia para el voto pero no para la VIDA. ¿Qué hay de la libertad individual?
¿Qué hay de que si el pueblo se equivoca? ¿No fue una sangría El Terror de Robespierre por muy admirables fueran sus reformas?
O sólo se habla de esas cosas para decir: ¡Qué malo fue el Robespierre!. Sí, pero este luchaba contra un enemigo mucho mayor y más loco. Es pura dialéctica darwinista...
En esa época si eran políticos y no ahora. Ahora, no se bajarían el sueldo... ejem... la Aristocracia de este siglo...
Y en España si no nos damos cuenta de lo que pasa malo. El futuro es negro, pero esta Neorestauración borbónica lleva a lo de siempre a que salgan gilipollas mayores como paso en la II República: Nacionalistas, fascistas, comunistas, anarquistas poniendo bombas y demás. (ahora estos son niñatos, pero cuando se hagan mayores ya veremos si en vez de quemar coches no hacen más).
Yo de verdad es que no sé a quien le beneficia esto pero es idiota, es un idiota porque no sabe ni de Ciencia ni Historia: Que todo vuelve... y esto ya paso hacia comienzos del siglo anterior, y sólo han cambiado las formas. Espero por bien de todos que alguien reaccione o acabaremos mal, no soy negativo sino realista, muchos hablan de parados, ya no son sólo parados sino personas, casi siempre muy desesperadas y con un nivel cultural bajo porque ese cuento de los universitarios no es todo verdad no son tantos ni en tanta proporción que la gente sin estudios ¿o es que el empresario es tonto y prefiere a un zoquete que hizo el bachiller con un canuto en la boca...?
Esa es mi impresión. Y es que por desgracia todas las repúblicas que se instauran en España son símbolo de modernización y son como fueron la Revolución francesa, intento de acabar la Ilustración, pero en España no estamos ilustrados, estamos a medias algo parecido a Italia. Que yo sepa Francia no es tan diferente a España... ¿O es que ahora, los orgullosos por tan estupida digo gloriosa copa del mundo, somos menos, por qué?. Perdón por el símil, pero odio como se tergiversa el Deporte con Estado y realidad, me gusta que gane España, pero no por ello somo más grandes, disfruten con una copa mientras se mueren de hambre al lado de ella.